Ana Jesús López Díaz

Profesora titular Universidade da Coruña

(Pobra de Brollón, Lugo, 1965)

“En segundo de BUP tuve una profesora de Física y Química que te hacía entender las cosas. A mí aquello me encantó. Me gustaba muchísimo hacer los problemas de Física. Y en COU decidí estudiar la carrera a pesar de mi profesor de esa asignatura que, cuando le dije que quería estudiar Física, me respondió: “¡Ah! Estás loca, cómo se te ocurre…”. Él era químico. Y cuando le conté a mi madre que iba a estudiar Física lo que me dijo fue: “Pero, ¿é unha carreira para unha muller? Aunque ahora está orgullosísima e incluso animaba a mis hijos, sus nietos, a que estudiaran física”.

Ana Jesús López Díaz estudió Física en la Universidad de Santiago.

“Coincidí con gente que siguen siendo amigos, aunque cada uno estamos en un sitio distinto. Y conocí al que es mi marido. Cuando acabé la carrera, él estaba haciendo el doctorado en física de partículas, era la época del boom de la superconductividad y en la facultad había un grupo que trabajaba en ello y me decidía a entrar ahí. Hice la tesina y estuve dos años, haciendo los cursos de doctorado”. Al tiempo que comenzaba su carrera investigadora, López Díaz comenzó a observar cómo eran las cosas para las mujeres en algunos grupos de investigación: “Vi que a las chicas les encargaban las tareas de secretarias, por ejemplo, para escribir los papers, ellos dictaban, corregían, revisaban… y ellas hacían de mecanógrafas. Ya había percibido durante la carrera que era muy común entre los catedráticos tener como parejas a mujeres que no tenían una carrera propia. A mí aquello me llamaba muchísimo la atención. Aún hoy me fijo y es un esquema que, en mayor o menor medida, sigue reproduciéndose”.

“Siempre he sido protestona y sensible a las injusticias, y estas cosas me fueron llevando hacia el feminismo, aunque sin darle nombre. No era consciente entonces de que aquello era feminismo pero percibía esas desigualdades y me repateaban”, recuerda Ana Jesús sobre su toma de conciencia feminista.

En aquel momento se crearon las tres universidades gallegas:

“Una compañera que estaba en Coruña me dijo que en Ferrol salía una plaza de ayudante de escuela universitaria y me presenté porque me servía para escapar del grupo donde estaba; no estaba cómoda allí. Me vine a Ferrol, poco después salió otra plaza y mi marido también se presentó y nos vinimos los dos. Soy la más antigua de las profesoras de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad da Coruña. Estuve de titular interina, una situación como mínimo irregular, durante cinco años. Sacaron unas plazas para titular, pero a pesar de que era la única que tenía las condiciones para regularizar la plaza, fui la única que se quedó fuera. Llevaba cinco años ocupando una plaza para la que, de pronto, me decían que no estaba capacitada, ¡que no estaba capacitada para enseñar física! Lo pasé fatal porque además en el tribunal de oposición me trataron muy mal, me humillaron, llegaron a decirme que lo que presentaba me lo había hecho mi marido; así, textualmente. Pero como muchas otras mujeres tuve que “reconstruirme” y seguir adelante aunque durante mucho tiempo me pasó como a las víctimas de violencia de género que piensan: “¿qué hecho yo mal? ¿Qué debería haber hecho de otra forma?”. Y me ocurría otra cosa, no me atrevía a contarle a nadie lo que me estaba pasando porque pensaba que si lo contaba la gente iba a creer que yo había hecho algo mal. Menos mal que coincidió en el tiempo con que había enviado algunos trabajos a Ciencia en Acción sobre la enseñanza de la física y me dieron el premio de la Real Academia Española de Física y de la Real Academia de Matemáticas”.

Como tantas otras mujeres en la universidad española, sobre todo hasta que llegaron las acreditaciones, la carrera de Ana Jesús López Díaz continuó con muchas dificultades:

“Me acredité como contratada doctora (creo que fui la primera de mi universidad) y gracias a eso pude seguir como profesora aunque intentaron otra vez dejarme fuera. Pero mi carrera docente/investigadora ha sido una carrera de obstáculos. Más adelante descubrí que no era a mí por ser yo sino a mí por ser mujer y que había muchas otras que habían sufrido o sufrían situaciones similares a la mía. Fue una liberación cuando en el 2010 organicé unas jornadas sobre la mujer en la ingeniería en mi centro. Conocí a mujeres muy interesantes que llevaban mucho tiempo trabajando en temas de igualdad. Entonces yo decía: “Ya sé que no es lo común pero a mí me pasó esto” y la respuesta que me daban era: “Todas decís lo mismo, ya sé que no es lo habitual, pero sois muchas las que habéis pasado por estas situaciones”. Y eso me abrió los ojos y me liberó en cierta medida de sentirme culpable de lo que me había pasado”.

En 2012 el rectorado le ofreció la dirección de la Oficina para la Igualdad de Género de la universidad. Al frente de esa oficina, Ana Jesús López hizo el primer Plan de Igualdad de la Universidad de a Coruña y el primer Protocolo para la prevención del acoso sexual y el acoso por razón de sexo:

“Trabajé muchísimo, pero muchísimo, y eso sin poder descontarme horas de docencia”.

Al mismo tiempo que crecía su activismo feminista, Ana Jesús López desarrollaba su carrera investigadora:

“Cuando llegué a la Universidade da Coruña se estaba creando un grupo que empezaban con temas de polímeros y me acoplé. Empezamos a trabajar prácticamente de cero. Entonces se creó la Escuela Politécnica Superior y yo entré de ayudante. También hubo muchos problemas, arrancar de cero en un centro que está en la periferia de la periferia no es fácil; pero nos juntamos un equipo de distintos ámbitos de física y desde 1996 somos el Grupo de Aplicaciones Industriales del Láser. Al principio estuvo muy orientado a lo industrial, a las aplicaciones de los láseres de potencia, pero, rápidamente, unos cuantos nos fuimos enfocando más hacia procesos de ablación láser, con láseres pulsados que tienen también otro tipo de aplicaciones”.

López Díaz se dedicó inicialmente a la espectroscopia láser aplicada a la conservación del patrimonio:

“Empezamos haciendo análisis de cerámicas arqueológicas y después hemos encadenado varios proyectos en colaboración con investigadores de la Universidad de Vigo, primero, y también ahora con la Universidad de Salamanca, para limpieza de granito con láser porque la limpieza láser se aplica cada vez más en la conservación del patrimonio”.

En este campo, el grupo de Ana Jesús López es el equipo de referencia:

“Somos los autores del 80% o el 90% de las publicaciones de nuestra área de trabajo. Y en la actualidad estamos desarrollando una herramienta láser precisa, controlable y reproducible para procesos más delicados sobre superficies 3D con utilización de robótica”.

López Díaz considera que los artículos más relevantes, hasta el momento, en su carrera son: “Optimisation of laser removal of biological crusts in granites”, Appl Phys A (2010) 100: 733–739; “Development of processing strategies for 3D controlled laser ablation: Application to the cleaning of stonework surfaces”, Optics and Lasers in Engineering 126 (2020) 105897 y  “Compositional analysis of Hispanic Terra Sigillata by laser-induced breakdown spectroscopy”, Spectrochimica Acta Part B 60 (2005) 1149-1154. Además, Ana Jesús López ha dirigido tres tesis doctorales. Desde julio de 2021 es la secretaria general de la Real Sociedad Española de Física.