© 2023 AMIT – Web desarrollada por Estudi Llimona

Catedrática de Economía Financiera y Contabilidad
Doctora en Economía por la Universidad de Sevilla, la carrera investigadora de Joaquina Laffarga está unida a su interés por la actividad docente.
“Me hubiera gustado estudiar arquitectura. Pero como decía mi padre, profesor en la escuela, había que saber dibujar muy bien y yo no sé y además entendí en ese momento que era muy difícil para mí.”
Cómo Laffarga terminó en Ciencias Económicas tiene que ver con el momento en el que empezó su carrera universitaria:
“Cuando me fui a matricular acababa de empezar esta carrera en la Universidad de Sevilla y entendí que iba a ser más fácil trabajar que si escogía otra. Si cuando empecé a estudiar hubiera pensado que iba a dedicarme a la docencia y a la investigación, si eso lo hubiera tenido claro, hubiera elegido Historia que también me gustaba mucho. Pero en aquella época, finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando la crisis brutal del petróleo, no había trabajo y Económicas ofertaba muchas posibilidades de empleo”.
A pesar de no tener una vocación por la investigación en economía, lo que sí tuvo claro siempre Joaquina Laffarga fue su interés por la docencia:
“Mientras estudiaba la carrera, en tercero, empecé ya a hacer sustituciones de bajas maternales en centros de formación profesional, y me gustó. Después trabajé en una empresa un par de años y me di cuenta que no era lo mío, entones hable con mi maestro, el profesor Sierra Molina, Catedrático de Contabilidad, y me dijo que había algunas plazas en la facultad y que si me interesaba. Le dije que sí, entre otras cosas porque en mi casa había un referente ya que mi padre también era profesor universitario”.
La carrera académica de Laffarga comenzó de manera fulgurante:
“La tesina la leí el 30 de septiembre del 84 que coincidió con el entierro de Paquirri que no se me olvidará en la vida. Y tomé posesión de la primera cátedra, la de la Universidad de Cádiz, en septiembre del 93, en nueve años hice la tesis, hice la oposición de titular e hice la oposición de catedrática. En esa época de los primeros años de los noventa empezaron a expandirse las facultades de empresariales. En cada provincia había una escuela de comercio y esas escuelas se trasformaron en muchos sitios en facultades de empresariales. Entonces hubo mucha demanda, aquí en Andalucía hay una en cada provincia y en algunas dos. Me llamaron de la Universidad de Cádiz para dirigir el área de Contabilidad y como Cádiz está muy cerquita de Sevilla, me pareció que aquello era una buena oportunidad. Para mí fue un periodo muy gratificantes. Estuve seis años en Cádiz y después me volví a Sevilla en 1997”.
Por lo que se refiere a la investigación, Laffarga y sus colegas de generación han sido pioneros en su disciplina.
“Nosotros hemos aprendido a investigar muy tarde porque trabajamos en disciplinas que se incorporan a la universidad hace nada. La contabilidad aparece como una disciplina científica a finales de los años sesenta del siglo pasado. Eso supuso que costaba más investigar aquí que en otros sitios en los que estaba todo hecho. Nuestros maestros eran gente que venía de la administración, solían ser inspectores de Hacienda, interventores… además de catedráticos. Tenían otro perfil. La primera generación de universitarios puros somos nosotros. Somos los primeros que hemos tenido una carrera investigadora normal, que ha salido fuera y este tipo de cosas que en otras disciplinas son normales desde muchos años antes.”

La vertiente investigadora de Laffarga tiene dos áreas principales. La primera está dedicada a la utilidad de la información contable:
“He trabajado mucho con la utilidad de la información contable, fundamentalmente
,para predecir situaciones de insolvencia en instituciones bancarias. Después estuve otro tiempo, y en esto todavía sigo con alguna cosa, sobre la información contable y la negociación colectiva”.
Su segunda línea de investigación está relacionada con el género y comenzó por casualidad:
“Un antiguo profesor mío me llamó para un curso de verano. Me dijo, tienes que hablar de las mujeres y la economía. Y yo digo, ¿pero eso qué es? Si no tengo ni idea. Insistió y como había sido mi profesor, me puse a estudiar y a ver cosas y de pronto fue como si se te cae una venda. Y me dije, pero si esto es verdad, si la economía está hecha para los hombres. Es decir, el homus economicus que es el centro del estudio, es un hombre, no es nunca una mujer. Y me puse a hacer algunas cositas, sin dejar mi investigación anterior. Y entonces Cecilia Castaño, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y también socia de AMIT, me dijo, ¿por qué no hacemos algo sobre el poder empresarial y las mujeres? Total que junto con otros profesores escribimos un libro que ella coordinó y que financió el Instituto de la Mujer. Hicimos un grupo de investigación y de una cosa, sale la otra. Con más gente del departamento empezamos a investigar sobre la diversidad en los consejos de administración, el tema de las cuotas, el hecho de si la presencia de mujeres favorece el mejor desempeño empresarial, la responsabilidad social. Hay mucho campo ahí abierto y salieron cosas buenas. Conseguimos tener un artículo entre los diez más vistos en SSRN durante tres semanas y eso es un logro enorme”.
Este artículo fue "Appointing Women to Boards: Is There a Cultural Bias?" que se publicó en 2015 en Journal Business Ethics, Otro artículo que Laffarga destaca de su carrera es uno de los primeros que publicó: “Forecasting Bank Failure: The Spanish Case” publicado en Studies in Banking and Finance.
“A partir de ahí –recuerda Joaquina Laffarga- empezamos a pedir proyectos. Salen muchas cosas interesantes, fundamentalmente dedicado a las mujeres directivas porque yo cuando estaba en la junta directiva de AMIT siempre lo dije, donde mayor discriminación hay es en la empresa, el techo de cristal lo tienen las mujeres directivas. Los consejos son sitios muy cerrados”.
Dentro de esta línea, Laffarga abrió otra área de investigación:
“Las redes de poder. Que haya una mujer en un consejo de administración no significa siempre que tenga poder, muchas veces son símbolos nada más. Yo estoy en un consejo de administración pero si somos dos mujeres frente a veintitantos, pues… se ve muy bien cómo son las estructuras de poder de los consejeros y las consejeras en España, que ellos tienen muchísimo más poder. Hay ahí un entramado muy interesante para estudiar y explicar los comportamientos tan masculinos que tienen las empresas, fundamentalmente las grandes empresas”.
Y además de todo esto, Laffarga junto con Amalia Carrasco y Concha Alvarez-Dardet, se ha ocupado de rescatar del olvido a las pioneras en la profesión contable, las primeras mujeres que ejercieron la profesión, con la exposición "La Economía no es solo cosa de Hombres”, realizada junto a la profesora Mª José Charlo.
“Eso también es súper interesante porque en Estados Unidos y Reino Unido hay registros desde los primeros momentos en los que se constituyen las organizaciones profesionales y se ve exactamente cómo van entrando las mujeres y las cortapisas que les pusieron a finales del XIX y principios del XX. Cuando me jubile quiero hacer una tesis sobre eso.
Joaquina Laffarga ha pertenecido a la Junta Directiva de AMIT y a la Junta directiva de AMIT Andalucía.